La danza del tango ilumina un camino para transitar abrazados.
Crece en principios y estructuras. Métodos. Rebrota en diferentes culturas. Miles de interpretes que intercambian con ansias de ser, de expresarse espontáneos.
Dos, enlazados, unidos, en los minutos promovidos por la música corona una creación única.
Invitación, a la observación y el encuentro con la naturaleza esencial, propia.
Como consecuencia de ese encuentro sensible se mece la forma, cambia de estado, vive. Direcciones infinitas que resultan, cruzan las fronteras de las certezas, participando a la sorpresa “que se forma´´, en ese encuentro efímero.
Fundar. Caminar y Pisar. Repetir. Acelerar. Fluir y Pausar. Entrar y Salir. Apretar y Soltar. Girar y Girar. Entregar y Recibir. Transitar niveles. La danza de tango es un tesoro y abrazarse una oportunidad saludable.
El abrazo, que articula las partes. Fuelle permeable, Integrador. Multi-direccional. Equilibrado. Anillo que recorre y enlaza los cuerpos. La puerta a la transformación.
El tango es abrazo bajo el paraguas de la música.